Mascarillas de papel coreanas

Las mascarillas de papel son uno de los cosméticos de belleza más vendidos en Asia, especialmente en Corea y Japón. Son unas mascarillas faciales que vienen en formato sobre en cuyo interior se encuentra un trozo de papel, algodón o tejido que está impregnado de producto. Se han hecho cada vez más populares las mascarillas de papel coreanas y muchas marcas y empresas de cosmética conocidas han sacado las suyas propias; incluso hay algunas mascarillas de papel de aluminio.

Había probado mascarillas de papel de marcas comerciales pero tenía ganas de probar las coreanas. Me decidí por las de la firma Missha que es una empresa que conozco ya que he utilizado varios de sus cosméticos. Concretamente escogí dos: la de limón y la de té verde.
Como es habitual vienen envasadas en sobres monodosis. Son de algodón puro y traen 21 gramos. Estas mascarillas de la gama Pure source llevan bastante tiempo a la venta y por las fotos que he visto por Internet han cambiado su diseño. Sino me equivoco las que tengo yo son las nuevas y las antiguas eran bastante más coloridas.
La mascarilla viene plegada varias veces así que cuesta un poco desplegarla para utilizarla. Respecto a la forma en sí se adapta bien a mi óvalo facial pero hay varios puntos en los que no coincide con la forma de mi cara, como por ejemplo en la nariz, ya que me deja la punta totalmente al descubierto y por lo tanto sin producto. En la zona de la barbilla también se me queda gran parte al aire justo bajo el labio porque el agujero de la boca es demasiado grande para mí. Supongo que es complicado diseñar una mascarilla de papel con una forma que se adapte a cualquier tipo de rostro.En definitiva, es fácil aplicarla en la cara pero es muy complicado eliminar todas las arrugas o pliegues y que quede adherida por todas partes ya que no se termina de ajustar bien en zonas como el borde de la nariz hacia los ojos.
Se debe utilizar sobre la piel limpia y a ser posible previamente tonificada y dejar actuar entre 15 y 20 minutos antes de retirar. Una vez puesta la mascarilla no se mueve, no es necesario estar quieta, ni sentada o tumbada, lo cual para mí es algo positivo ya que puedo seguir con mi vida normal mienras hace efecto.

Están muy empapadas en producto así que al retirarlas se queda el rostro húmedo. Missha recomienda masajear con la yema de los dedos la esencia restante para favorecer su absorción e incluso aplicarla en el cuello. Yo he guardado la mascarilla para otra vez porque sigue quedando bastante producto y me parece un desperdicio tirarlo a la basura.
La mascarilla de árbol de té (Tea tree) contiene como no podía ser de otra forma árbol de té que es antiséptico y combate la grasa y las imperfecciones. Por su parte la mascarilla de limón es iluminadora y refrescante.
Además las dos llevan ácido fítico que hidrata la piel y cloruro de hexadimetrina y quitosano que calman y mejoran su apariencia.

Missha indica que estas mascarillas de papel deben usarse entre 2 y 3 veces por semana, cantidad que personalmente me parece algo excesiva ya que suelo usar mascarillas una vez a la semana como mucho. No son caras pues cuestan algo menos de 2€/unidad pero si hay que usarlas entre 8 y 12 veces al mes ya empiezan a ser un gasto considerable.
¿Se notan resultados visibles en una única aplicación? La respuesta es no, la piel queda bonita y luminosa pero no hay una diferencia sustancial entre el antes y el después. A lo mejor utilizándolas prolongadamente se consigue mayor eficacia...

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